jueves, 30 de noviembre de 2017

CONTENCIÓN MECÁNCIA: El deseado e ¿irreal? objetivo 0.


La contención mecánica es un conjunto de técnicas de sujeción de pacientes para evitar auto y hetero agresiones, que se realiza principalmente en hospitales y centros residenciales. Actualmente la única indicación es preservar la integridad del paciente y de terceras personas, aunque hay que reconocer que se perpetúan otros usos como medida de castigo o de seguridad ante la falta de personal.

Hay diferentes tipos de contenciones, tantas como métodos para inmovilizar a una persona, pero no todos cumplen una serie de medidas que garantizan la seguridad del paciente. La contención ha evolucionado desde los pacientes encadenados a la pared o el mobiliario de manera perenne e inhumana, pasando por camisas de fuerza, vendas que actúan como cuerdas y, la más utilizada actualmente, un conjunto de correas adaptadas que se colocan de manera transitoria en la cama que ocupa el paciente. 
 
Paciente atado a la cama mediante cuerda o venda.

Pacientes con camisa de fuerza.



Cuando hablamos de contención mecánica también hablamos de MEDIDAS COERCITIVAS, que son aquellas que limitan los derechos fundamentales de las personas, en este caso el derecho a la libertad. Existe actualmente un fuerte debate sobre la idoneidad o no de estas medidas dado que pueden estar vulnerando los derechos de los pacientes. El internamiento involuntario en una planta de psiquiatría también se incluye dentro de estas medidas coercitivas, por lo que ambas medidas deben de estar reguladas por la ley y autorizadas por un juez, en los márgenes que da la ley (24h para avisar al juez y hasta 72 horas para que este lo apruebe o no). Aunque en el caso de la contención, dependiendo del juzgado se siguen diferentes pautas.

¿Cuándo y dónde se aplican sujeciones mecánicas?

-       Geriatría y residencias: comienzo por este campo porque muchas veces es el gran olvidado y donde se producen más irregularidades y muertes. Los ancianos tienen más posibilidades de desarrollar un delirium (del que hablaremos en una próxima entrada) durante su ingreso hospitalario debido al empeoramiento de su situación basal por enfermedad, además de empeorar el cuadro de demencia previa que pueda tener. Así se evitan caídas, agresiones, arrancamiento de vías y sondas… En las residencias, dada la falta de personal sobre todo por las noches, es una medida de “seguridad”.
-       Psiquiatría: es frecuente su uso en urgencias y en plantas de hospitalización de pacientes agudos en aquellos momentos que el paciente se encuentra agitado y/o con peligro de auto o heteroagresión cuando han fallado otras medidas de contención.
-       UCI: durante la estancia en cuidados intensivo, debido a la disminución del nivel de conciencia, se puede producir cuadros de desorientación y agitación que pueden hacer que el paciente se quite de forma no segura vías y sondas, a parte del riesgo de caída. 

Como evitar contenciones mecánicas en psiquiatría (y otras áreas):

1.    ¿De verdad no hay otra alternativa? Antes de dar por perdida la situación, primero hemos de haber intentado algún otro método que ayude a la persona en “escalada de agitación” a tranquilizarse por sus propios medios.
2.    Crear un ambiente adecuado: las urgencias del hospital suelen ser el sitio menos idóneo para crear un ambiente adecuado, estamos rodeados de enfermos, familiares, trabajadores, curiosos… que hacen ruido o se inmiscuyen en lo que sucede en el box de psiquiatría.
a. Intimidad: que salgan todas las personas que sobran, no es un espectáculo, se trata de una persona que está pasándolo mal. El personal que se quede debe estar entrenado y ayudar, no molestar.
b.   Tranquilidad: evitad ruidos innecesarios o el trasiego de personas, cerrad la puerta si es posible.
c.   Sala adecuada: cuidar la iluminación, mobiliario, temperatura… no suele depender de nosotros y suele ser difícil conseguirlo.
3.    Contención verbal: consiste en crear un ambiente en el que pueda el paciente expresar lo que le ocurre y poder tranquilizarse. Debemos usar un lenguaje calmado, sin gestos bruscos ni elevar el tono de voz. No se trata de “dar la razón como a los tontos” si el discurso no es coherente para ti, sino de empatizar con aquello que hace que se ponga tan nervioso y/o agresivo. 


ECHA A TODOS LOS MIRONES, a los que meten prisa, a los que recomiendan atar, pinchar, aplacar de manera brusca sin darle tiempo a la propia persona a relajarse. Personas poco formadas e implicadas son un detonante para que no funcione la contención verbal.
 
4.    Contención farmacológica: cuando la contención verbal no está funcionando y la persona continúa poniéndose más nerviosa y/o agresiva dar un fármaco ansiolítico-sedante puede ayudar en estas situaciones. Lo mejor es que el propio paciente acepte tomarlo cuando se le proponga. Lo preferible es vía oral y que la persona lo conozca, la dosis debe de ser suficiente pero sin llegar a producir un descenso del nivel de conciencia. Los fármacos inyectados son la última opción, más aún si no hay consentimiento pero la situación lo requiere.

5.    ¡NADA HA FUNCIONADO Y LA SITUACIÓN SE HA DESCONTROLADO!
a.    Habitación de aislamiento acolchada: en España son casi inexistentes, pero en otros países en los que no se realizan contenciones mecánicas son más habituales. Más adelante hablaremos de sus pros y sus contras.

b.   Reducción física con personal/seguridad para administrar medicación intramuscular: puede ser una medida previa a la contención mecánica, pero realmente es ya de por sí una contención mecánica “chapucera”.
6.    Nos quedamos sin más opciones… Pues habrá que investigar para ver que ha fallado en los pasos previos o descubrir nuevas opciones.
a.    Proyecto BETA (Buenas prácticas en la evaluación y tratamiento de la agitación): ayuda con un enfoque rápido y no coercitivo el tratamiento de los pacientes agitados. (Anexos en bibliografía, al final)
b.   Estudio EUNOMIA, propone varios principios para la regulación de las medidas terapéuticas y coercitivas que se realizan durante el tratamiento en urgencias o en la planta de psiquiatría de manera involuntaria.
Si tenemos que hacer una contención, hagámosla bien.

A día de hoy no disponemos de todas las herramientas a nuestro alcance para evitar todas las contenciones mecánicas, por lo que es necesario saber cómo hacerla correctamente para que el paciente sufra lo menos posible:
·    Sólo realizarla en caso de verdadera necesidad: compromiso físico del paciente y/o terceras personas.
·   Sigue el PROTOCOLO de tu centro, si no lo hay crear uno y revisa los procedimientos: Registro de la contención, uso racional de medicación...
·       Personal entrenado: que entienda que es una medida terapéutica transitoria y no una detención o castigo. Nada de vocabulario inadecuado o más fuerza de la necesaria, además de realizarla lo más rápido posible.
·       Usar material adecuado: no vendas, cuerdas o cualquier ocurrencia. Cama anclada al suelo para evitar vuelcos.
Contención de 5 puntos con material adecuado.
 
Sistema de cierre mediante "imanes".
·       Sujetar al menos de 3 puntos: cintura, una mano y el pie contralateral. Se evitan caídas y ahorcaduras.
Esta imagen puede ser muy dura, pero mejor recordar para no repetir el error.

·       Vigilar constantes y estado del paciente. Mediante cámara o personal que pase cada hora a comprobar cómo se encuentra. Asegurar buena hidratación, temperatura y confort.
·       Administrar medicación para evitar trombos. Otra de las complicaciones que puede sufrir una persona inmovilizada.
·       QUITAR LA CONTENCIÓN LO ANTES POSIBLE. Por ello el paciente debe de ser evaluado por el médico responsable cada turno (o menos) y decidir si mantiene o no la contención.

Reflexión personal sobre la contención mecánica:

Desconozco autor, pero el mensaje es claro:
Lo físico afecta a lo mental.


Las contenciones mecánicas no deberían existir, como no deberían existir muchas cosas que a priori son negativas para el individuo que las sufre. Las contenciones mecánicas no deberían existir porque pueden ser traumáticas para el paciente y muy desagradables de pautar para el médico responsable. La lista de motivos para dejar de realizarlas es interminable, la lista de justificaciones para realizarlas es escasa pero de gran peso.

Desde hace un tiempo deseaba hacer una entrada sobre la contención mecánica y sus implicaciones éticas-legales en la práctica clínica habitual, un tema muy debatido siempre en todos los foros de psiquiatría y que ha vuelto a estar presente hace unas semanas durante el Congreso Nacional de Psiquiatría. Aquí va mi opinión, con sus luces y sus sombras, sin pretender venderla como una verdad absoluta o relativa.

Las contenciones mecánicas no deberían existir, pero a corto y medio plazo no vamos a poder dejar de utilizarlas en determinadas situaciones clínicas. La contención no es un castigo (o no debería serlo) sino una medida para garantizar la seguridad del paciente y de las personas que le rodean en aquellos casos en que no se dispone de otra medida eficaz para ello, ES EL ÚLTIMO RECURSO, pero el gran problema radica en que muchas veces es el ÚNICO RECURSO, siendo este el primer punto en el que actuar para llegar a un objetivo cero (o muy cercano al cero).

La auto y hetero agresividad física y verbal existen en la psiquiatría, es habitual en nuestro día a día y se convierte en una de las situaciones más estresantes para médicos y pacientes. Resulta imposible crear un debate adecuado en el que se oculta o se minimiza la agresividad y sus consecuencias. 

Tampoco me parece correcto vender mundos idílicos en los que no hay contenciones, porque a cambio hay otras medidas que tampoco favorecen al paciente. La medicación tiene un límite de seguridad y no siempre es eficaz, las habitaciones acolchadas no impiden que el paciente se haga daño si se golpea sin cesar, dejar a alguien en esos momentos sin ningún tipo de contención solo puede provocar que se lesione. No disponemos de los medios ni del personal entrenado suficiente para poder dejar de aplicar esta medida, HAY QUE INVERTIR MÁS EN FORMACIÓN, PERSONAL E INSTALACIONES.

De lo que no hay duda es que las cosas se pueden hacer mejor para disminuir el número de contenciones y velar mejor por los derechos fundamentales del paciente; pero sin demonizar al profesional que ha de realizar una contención ni a la contención en sí.


BIBLIOGRAFÍA:


Desescalada verbal desde la perspectiva de la enfermería: Aquí 

Verbal De-escalation of the Agitated Patient: Consensus Statement of the American Association for Emergency Psychiatry Project BETA De-escalation Workgroup: Aquí


Intervenciones alternativas a las medidas coercitivas en la agitación psicomotriz de origen psiquiátrico: Aquí



Psiquiatría y Ley: Guía para la práctica clínica. Coordinador: Francisco José Otero Pérez.  Edimsa.

Uso de medios coercitivos en Psiquiatría: retrospectiva y propuesta de regulación. Luis Fernando Barrios Flores. Derecho y Salud, vol 11, julio-diciembre 2013, pp. 141-163.  Aquí
 

domingo, 5 de noviembre de 2017

Bullying, lo que es y lo que no lo es.

No toda agresión en el colegio es bullying, pero siempre que hablamos de bullying nos referimos a agresiones en una de las etapas más vulnerables de nuestro desarrollo.

La infancia es un periodo de tiempo en el que el niño se desarrolla física, psicológica y socialmente; que lo haga en un ambiente adecuado será un factor protector para que no desarrolle enfermedades físicas o mentales, o acabe en ambientes de exclusión social.

La familia y el entorno cercano es el primer lugar donde el niño aprenderá a sociabilizarse, generalmente a través de relaciones en las que existe un desequilibrio de poder (padres-hijo) o no (hermano-hermano). Este primer círculo social es restringido y protegido, siendo más o menos extenso según los familiares o amigos íntimos de los padres.

La llegada del niño al colegio supone una ampliación exponencial de su círculo social y de las relaciones simétricas. Debe aprender a crear normas y a respetarlas para poder jugar con otros niños, intercambiar ideas y anécdotas. En estos años se desarrollará la empatía.

Pero este ambiente escolar no es bucólico, muchos niños sufren discriminación y agresiones por parte de sus compañeros, que en algunos casos puede desembocar en una situación de acoso escolar o bullying. 

El bullying o acoso puede definirse como una "situación en que una persona está siendo acosada cuando está expuesta, repetidamente y de forma prolongada en el tiempo, a acciones negativas por parte de una o más personas. Es una acción negativa cuando alguien intencionalmente causa, o trata de causar, daño o molestia a otro" (Olweus, 1999). Cuando esto ocurre a través de medios digitales hablamos de Cyberbullying.

No todas las acciones negativas que se dan en el ámbito escolar son acoso, sino que deben de cumplirse varias condiciones:
  1. Intencionalidad.
  2. Repetición o prolongación en el tiempo.
  3. Desequilibrio de poder. 
1. Intencionalidad.

Los matones buscan el sufrimiento
del otro con sus acciones violentas.
El agresor o los agresores deben de ser conscientes de que están produciendo daño a la víctima y ese es el fin de sus acciones negativas. La agresividad tiene el propósito de humillar a la víctima para conseguir algún tipo de ganancia, como puede ser mayor popularidad entre los compañeros, conductas de sumisión o conseguir objetos de la víctima.

La intencionalidad se puede dar a partir de los 6 años de edad, previamente si el menor realiza agresiones a otros compañeros suele ser de manera injustificada y generalizada, como cuando un niño pega a "todos" los compañeros en la guardería o preescolar. 

2. Repetición o prolongación en el tiempo.

Los observadores acaban siendo
complices del abusón.
El acoso escolar es una situación que se perpetúa en el tiempo y para eso hace falta que el resto de compañeros sean observadores pasivos o complices del agresor. La ley del silencio suele imperar en estos casos, por lo que en muchos casos los responsables del centro no saben lo que está ocurriendo en sus aulas y no pueden poner fin al bullying. Nadie interviene para frenar las agresiones y la víctima sin apoyo no puede vencer esta situación. La agresión prolongada produce efectos negativos tanto en la víctima (indefensión aprendida) como en el resto de participantes, que normalizan la violencia.
No hay día en que Milhouse se libre de los matones.
Una acción aislada, por muy grave que sea, no es un caso de bullying. Las peleas a la salida del colegio o los insultos entre compañeros cuando no son mantenidos en el tiempo no son bullying. 

3. Desequilibrio de poder.

Cuando una disputa se produce entre iguales, ambas personas son capaces de defender su postura mediante argumentos (o puñetazos). En el bullying la relación agresor-víctima está desequilibrada, por lo que la víctima no se puede defener y no puede salir de ese círculo de agresiones. 

Pensar que "puede salir sola y hacerse más fuerte", "así aprende a manejarse en la vida", "son cosas de niños" son conceptos muy erróneos, que en el fondo culpabilizan a la víctima de lo que le está sucediendo y de no ponerle freno. Este fenómeno es llamado el "Síndrome de negación" frente al acoso escolar, banalizando el problema y permitiendo que se prolongue y extienda.

Cualquier motivo puede hacer que el matón justifique la violencia que ejerce.
El desequilibrio de poder suele tener su raíz en situaciones o condiciones que hacen diferente a la víctima, como ser más tímidos, tener intereses poco frecuentes, tener alguna limitación física o intelectual, provenir de determinado tipo de hogar... Estos no son motivos para sufrir agresiones físicas o psicológicas, pero facilitan que se conviertan en el blanco de los "matones".

CONSECUENCIAS EN EL NIÑO DEL ACOSO

 El menor acosado presentará una serie de síntomas iniciales como cambios en su comportamiento, conductas evitativas para no ir al colegio u otras actividades sociales con personas de su edad, dificultades en la concentración y el razonamiento, cambios de ánimo, somatizaciones (dolor de barriga entre semana, pesadillas) y baja autoestima. 

Informe Cisneros X
Toda esta constelación puede desembocar finalmente en distintos trastornos mentales como pueden ser la depresión, un trastorno por ansiedad e incluso, en los casos más graves, conducir al suicidio (como sucedía en la serie "Por 13 razones" que analizamos en el pasado y recomiendo para la comprensión de este fenómeno).

El niño no es un "enfermo mental", sino la víctima de una situación de violencia continuada. Se estima que un 25% de los niños sufren acoso, de ellos más de la mitad sufren daños clínicos (Estudio Cisneros X, 2006).




El agresor tendrá a desarrollar conductas violentas como peleas y actos vandálicos, tendrá mayores posibilidades de problemas de consumo y delincuencia. Suelen ser personas dominantes, que usan la violencia para conseguir sus objetivos y tiene poca tolerancia a la frustración. Ayudar a que salgan de ese rol y averiguar de donde procede esas conductas violentas es muy importante también.

CÓMO HACER FRENTE AL BULLYING

Diferente medidas han demostrado ser eficaces, basándose en la concienciación de víctimas y observadores de que se puede poner freno al acoso y es necesario denunciar la situación, hay que romper la Ley del Silencio que impera en este problema. 
Es muy importante que el acosador no se sienta respaldado por el resto de compañeros y se sienta juzgado por sus conductas violentas. Una vez identificado al acosador es importante trabajar con él para que empatice con el sufrimiento que está causando a la víctima, además de que su conducta tenga algún tipo de consecuencia. Dado que se trata de una situación de desequilibrio de poder, la mediación no es útil cuando el bullying está establecido. 

Los adultos del entorno del menor acosado tienen el deber y la obligación de detectar los cambios que se están produciendo en el meno para poner freno lo antes posible a esta situación, para evitar las consecuencias psicológicas que impiden un desarrollo normal en el menor. 

Padres, profesores y médicos tenemos el deber de ayudar y poner freno al bullying.



REFERENCIAS:
- Ponencia de Carlos Calmaestra en Jornadas Alicia Koplowitz, Madrid, 26 de octubre de 2017.
- Piñuel, I. y Oñate, A. (2007) Acoso y Violencia Escolar en España: Informe Cisneros X, Madrid, 2007, IIEDDI, ISBN: 978-84-611-4842-4. https://convivencia.files.wordpress.com/2012/05/cisneros-xviolencia_acoso-2006120p.pdf

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Enhorabuena progres, os la habéis cargado.

Enhorabuena progres y chupipandi, lo habeis conseguido. 

Hemos perdido la inmunidad de grupo en varios países de Europa, hemos puesto a los niños más vulnerables en peligro de nuevo de morir o tener secuelas por enfermedades que ya nunca veíamos en las consultas. España no tardará en caer, pero quizás el trabajo de muchos buenos profesionales llegue no al cerebro de algún progre, sino al de padres que están siendo mal informados y aconsejados.

https://elpais.com/internacional/2017/08/12/actualidad/1502551405_891649.html
 
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-04-03/aumento-sarampion-epidemia-europa-italia-rumania_1358796/

(Vía Wikipedia)
Progres, ignorantes y chupipandi, la vacunación no es un capricho de médicos comprados por farmacéuticas. No es un acto autoritario y falto de humanidad para imponer nuestros criterios al resto de la población. No es un acto encubierto para ganar dinero en una trama organizada que deja luego niños autistas. No. No. No.

Las vacunas salvan vidas, mejoran vidas, evitan discapacidades.
Enhorabuena progres y chupipandi, lo habéis conseguido.

Enhorabuena, vuestra "audacia" no tiene límites en ningún campo, pero en la pediatría y obstetricia me molesta mucho más que en cualquier otro (bueno, en la psiquiatría también me cabrea bastante). ¿Por qué? Porque elegís por quien no tiene voz, porque ponéis en riesgo al más vulnerable. Porque no solo destruís el trabajo y esfuerzo de muchos años de investigadores, médicos, enfermeros e instituciones; sino que además os regodeáis en vuestras posturas haciendo un juicio moral falso sobre logros médicos y científicos. 

Vuestros comentarios sin fundamento en contra del buen hacer médico están haciendo mucho daño en la sociedad. Mezcláis churras con merinas. Ningún médico honrado y entregado negará que las cosas se pueden y deben hacer mejor, que hay que humanizar lo máximo posible la medicina. Pero un parto en el hospital no es violencia obstétrica, un atender a un recién nacido antes de hacer piel con piel no es violencia, un tratamiento oncológico con efectos secundarios no es violencia, una sala de espera abarrotada no es violencia médica...

 Enhorabuena progres y chupipandi, lo habéis conseguido.

Enhorabuena, lo habéis conseguido. Habéis destruido la confianza y el respeto a profesionales cualificados, que se forman durante años, que sacrifican su vida personal por estar a pie de cañón. Habéis conseguido que la gente busque "respuestas" en malas artes e ignorancia, en pseudoterapias que no tienen ningún tipo de rigor pero les prometen lo que aún con evidencia no hemos conseguido. Habéis conseguido que la gente busque respuestas en lugares y técnicas que solo pueden poner en mayor riesgo su vida y vivan de falsas esperanzas. 

Enhorabuena progres, os habéis cargado la inmunidad de grupo. 

PD: Y ojalá tenga pronto el valor de escribir todo lo que está sucediendo en la psiquiatría. Valoro muchísimo el trabajo de mis compañeros de otras especialidades que no tienen miedo de denunciar lo que está ocurriendo en sus campos.