jueves, 19 de julio de 2018

Acumulación: ¿Diógenes o compulsión?.

La mayoría de personas conocemos el síntoma central del Síndrome de Diógenes: la acumulación indiscriminada de objetos en el domicilio hasta el punto de hacerlo inhabitable. Muchos piensan que la conducta de acumulación es exclusiva del Diógenes, pero se puede presentar en otras patologías o trastornos de la conducta. Puede resultar especialmente difícil difrenciar el Síndrome de Diógenes de un Trastorno Obsesivo Compulsivo, en el que la compulsión sea almacenar objetos.


Diógenes. John Willians Waterhouse, 1882.
El Síndrome de Diógenes es una "enfermedad moderna", no porque se inventara hace poco, sino porque se le puso ese nombre hace relativamente poco (Clark, 1975). Otros autores antes lo habían llamado rotura senil, reclusión senil o síndrome de la casa desordenada. Durante el siglo XX se publicaronlos primeros casos (Dupré, 1925), describiendo a ancianos que tenían dificultades en el autocuidado, en las relaciones sociales y que realizaban conductas acumulativas. Con anterioridad no hay muchas referencias a esta patología, seguramente porque está muy relacionada con la senectud, aumentando su prevalencia con el aumento de la esperanza de vida del último siglo y el envejecimiento progresivo de nuestra sociedad.

El nombre fue elegido en recuerdo de Diógenes de Sinope (412 a.C – 323 a.C), un filósofo griego que vivía predicando un estilo de vida autosuficiente, basado en la austeridad extrema para poder liberarse de sus deseos y necesidades. Por ello Diógenes es representado como el anciano sabio y barbudo, que vive en un tonel por las calles de Atenas. Esta austeridad contrasta mucho con la acumulación desmedida de objetos, por lo que difícilmente se puede diagnosticar a Diógenes “el cínico” de su propio síndrome. Rechazaba la parte material de la sociedad, ya que para el estas posesiones le alejaban del saber, al contrario que los pacientes con SD que rechazan la sociedad por la desconfianza que les genera.

El salón de una persona con SD.
Existen 5 criterios diagnósticos que están presentes en la mayoría de casos de Síndrome de Diógenes (Halliday et al.):

   1. Suciedad domestica.
   2. Mal autocuidado.
   3. Vivir solo.
   4. Tendencia a la acumulación.
   5.  Falta de interés por lo que ocurre a su alrededor.

La edad no es un criterio diagnóstico, pero la mayoría de casos se da en ancianos. Más casos en mujeres que en hombres. Muchas de estas personas durante su juventud no tuvieron ninguna enfermedad mental, aunque si tenían ciertos rasgos de la personalidad peculiares. La mitad de los casos se relacionan con enfermedades mentales como los tratosrno psicóticos, la depresión y el alcoholismo, un tercio de los casos con demencia frontotemporal o con demencia tipo Alzheimer

Muchos autores coincide en que son muy raras las formas primarias y que la gran parte de pacientes tienen algún tipo de enfermedad que desarrolla estos síntomas, siendo el síndrome de Diógenes el final común.

¿SÍ EL PACIENTE ACUMULA, POR QUÉ NO ES UN TOC?

Es común pensar que, si el paciente tiende a acumular objetos, pudiera tratarse de una conducta obsesiva-compulsiva. Lo cierto es que los pasos que se siguen para acumular el objeto son totalmente distintos entre personas con TOC y Diógenes.

La acumulación en la persona con TOC viene precedida por una idea obsesiva que hace que tenga que conseguir el objeto. Por ejemplo: en acumuladores de periódicos, la persona con TOC compra el periódico o lo coge de la calle pensando que necesita leer esa información y teme perderla, no tiene tiempo para leer ese periódico porque seguramente le acompañen otros muchos más junto a revistas. Esta idea de pérdida de información le produce angustia y le lleva a la compulsión de acumular periódicos para tranquilizarse. Su casa poco a poco se va llenando de material de imprenta y le hace sentir culpable, pues es consciente de lo anómalo y poco adecuado de su conducta. 

La persona con Diógenes no tiene este conflicto, quizás si parta de alguna idea obsesiva que le lleve a la recolección, pero no desarrollara una autocrítica a su conducta y al riesgo que puede tener para su salud y seguridad. De todos modos hasta un 8% de los pacientes con TOC pueden cumplir con el tiempo los criterios de Diógenes.

Quedaría un tercer supuesto que es el coleccionista. Los coleccionistas adquieren de manera sistemática determinados objetos y los colocan en sitios específicos y ordenados, siguiendo una metodología y orden, categorizando los objetos  y no acumulándolos de cualquier manera. Poseen objetos valorados por otros coleccionistas, cosa que no ocurre en los supuestos previos

Un fan de Star Wars coleccionando las primeras figuras de la saga.

La siguiente tabla resume bien las principales diferencias entre TOC y Diógenes.


ACUMULACIÓN: síntoma frente a síndrome (Tomado de Sansone 2010)
Característica
Síntoma (con TOC)
Síndrome Diógenes
Edad de presentación
Temprana, 2ª y 3ª década
Edad tardía
Material acumulado
Objetos bizarros
Objetos sin valor, frecuentemente material impreso.
Obsesiones/compulsiones
Presentes
No presentes normalmente
Asociado a enfermedades del eje I
Alteraciones del humor y ansiedad
Dependencia a alcohol.
Asociación con enfermedades del eje II
Trastorno de la personalidad obsesiva-compulsiva
TP Obsesiva-compulsiva, evitativa,paranoide, esquizotipica, antisocial
Contexto psicológico
Preocupación, ansiedad, sentimientos negativos
Menos sentimientos negativos
Adversidades en infancia
Desconocido
Presente.

Como siempre, recalcar que no todo se trata de categorizar, dado que eso excluye la dimensión humana y ante un paciente no debemos olvidar su individualidad. Pero como humanos, hacer categorías nos ayuda a estudiar mejor los fenómenos y comprenderlos.

Bibliografía:


Assal F. Diogenes Syndrome. Front Neurol Neurosci. 2018;41:90-7.

Clark AN, Mankikar GD, Gray I. Diogenes syndrome. A clinical study of gross neglect in old age. Lancet Lond Engl. 15 de febrero de 1975;1(7903):366-8.

Cipriani G, Lucetti C, Vedovello M, Nuti A. Diogenes syndrome in patients suffering from dementia. Dialogues Clin Neurosci. diciembre de 2012;14(4):455-60.

Sansone RA, Sansone LA. Hoarding: obsessive symptom or syndrome? Psychiatry Edgmont Pa Townsh. febrero de 2010;7(2):24-7. 


Halliday G, Snowdon J. The Environmental Cleanliness and Clutter Scale (ECCS). Int Psychogeriatr. diciembre de 2009;21(6):1041-50. 
 

domingo, 1 de julio de 2018

MATERNIDAD: vive y deja vivir.

He escrito varios borradores intentando explicar lo que significa para mí ser madre, pero me he dado cuenta que cualquier cosa que diga será muy similar a todas las vivencias que tenemos mujeres y hombres ante la llegada de un nuevo miembro de la familia. También lo que había escrito era más parecido a un libro de crianza que a una opinión sobre maternidad; ya hay muy buenos libros sobre crianza escritos con mucho más rigor y profesionalidad de lo que yo pudiera aportar (abajo del todo pondré todos los libros que me han acompañado estos meses). 

Imposible ponerle palabras a todos los sentimientos y pensamientos que nacen en el momento que te sientes unida para siempre a tu hijo.
Si esto lo lee alguien a punto de iniciar el proceso o que está de lleno en él, lo que menos necesita es una retaíla de consejos para agobiarse. Solo daré un único consejo o reflexión sobre la parentalidad: VIVE Y DEJA VIVIR

Todos los padres y madres del mundo quieren lo mejor para sus hijos, si no es así es que algo falla en ellos, en su humanidad, pero difícilmente podrás hacer que ello cambie.  Todos queremos lo mejor para nuestros hijos, desde el momento que nacen intentaremos hacer lo mejor, cuidándolos, mimándolos, cubriendo todas sus necesidades para que su desarrollo físico y mental sea el mejor. 

NO EXISTE UN MODELO ÚNICO DE CRIANZA VÁLIDO, así que: VIVE Y DEJA VIVIR. 


Desde el embarazo nos vamos a enfrentar a multitud de decisiones que influirán en la vida de nuestro hijo, pero hay que saber cuales son decisiones fundamentales y cuales superfluas. También existiran cuestiones en las que no hay decisión posible, de las que una mala elección es sinónimo de daño al niño. En el embarazo podemos elegir el lugar de seguimiento, el hospital en el que parir, dónde informarnos del embarazo y los cuidados del bebé; también cosas menos importantes como el nombre del niño, los colores de su habitación, el reportaje de fotos de la barriga o la eco 3D. Deja que la gente elija lo que le de la gana, será distinto a lo tuyo, pero ni mejor ni peor. Pocas cosas habrá en las que de verdad puedas sentenciar que esa persona está poniendo en riesgo al futuro niño.

En el embarazo parecen fáciles las decisiones, las diferencias más marcadas a la hora de criar un bebé empiezan en el parto. Eso no quita el malestar que genera parecer vivir en una subasta de ganado, donde se puede tocar tu cuerpo por cualquier persona, preguntar tu peso y otras indiscreciones. Respeta a la embarazada, no la abrumes, no emitas juicios, ya tiene bastante con los cambios que se están produciendo en ella. El matrón ya se estará encargando de hacer un seguimiento y dar los consejos de salud pertinentes. Ante una embarazada lo mejor que puedes hacer es no tratarla como una enferma y recordarle lo guapa que está. O callarte.

Los consejos, que ya nos abrumaban durante el embarazo, tras el parto se multiplican. Muchos de estos consejos los carga el diablo, sobre todos aquellos que mediante carbono 14 se ha determinado que son del pleistoceno de la crianza, la mayoría de ellos ya totalmente desaconsejados por la pediatría moderna. LOS NIÑOS, MÁS AÚN LOS BEBÉS, NO SON ADULTOS EN MINIATURA. Son crías muy poco desarrolladas y muy dependientes en el momento del nacimiento y por ello requieren muchísimos cuidados. No hay que racionalizar estos cuidados, no los vamos a malcriar, como todo mamíero necesitan contacto con su madre o cuidador continuo para desarrollarse bien a nivel físico y emocional. Con los meses y años irán haciéndose más independientes y seguros de ellos mismos, pero para que sea así, necesitan una persona empática y cariñosa que comprenda y cubra estas necesidades. Hasta el momento no hay ningún niño en la unidad de conductas adictivas por exceso de bracitos y otras formas de comunicación adecuadas con los menores de un año.


El apego, lo que viene a significar el vínculo que haces con el bebé, es sin duda lo más importante. Hay que crearlo y cuidarlo con mimo, para que se desarrolle en el bebé y sus padres. Todos los modelos de crianza crean apego. La negligencia también, pero del malo. El apego se crea con el cariño y los cuidados, con la empatía y la cercanía. No dependen del pecho, el porteo o el colecho. Como alimentar, transportar o dormir al niño son decisiones familiares, que se toman según las circunstancias y particularidades de cada familia. Lo mejor para el niño es que todos estén lo mejor posible en casa para que le traten con el máximo cariño, que es de lo que entiende, del contacto a través de sus sentidos.

La leche materna es lo mejor para alimentar al bebé, pero la leche de fórmula es buena para el bebé. No te metas en la vida de las demás madres porque no eligieron lo que tú, ellas también quieren lo mejor para sus hijos en sus circunstancias. Ser buena madre no depende del tipo de alimentación que des a tus hijos los primeros meses de vida. Niños criados con biberón son normales, niños críados a pecho más allá de los dos años son normales. Respeta. Vive y deja vivir.

La crianza está llena de decisiones, la mayoría de padres que esteis leyendo estas líneas sabreis que lo ideal no siempre se puede alcanzar. A veces se trata de sobrevivir. Todos querremos que no se queden los niños medio tontos con las pantallas, que coman fruta y verdura, que estén en casa los primeros años y no 8 horas en la guardería... Pero no siempre podremos elegir lo "más mejor", pero elegiermos algo bueno que no le perjudique.

Así que: VIVE Y DEJA VIVIR. Respeta a los otros padres, se amable, no los abrumes con tus juicios de valor para sentirte seguro de tus propias decisiones. 

Sabes que es difícil, que lo perfecto no existe. Reconoce las cosas buenas de los demás, aunque puedan ser diferentes a las tuyas.

Disfruta de tu experiencia y de tu hijo.

Lecturas recomendadas:

Lucía Galán es pediatra y madre, escribe sobre la maternidad desde el nacimiento hasta la adolescencia, dando pautas y consejos de crianza y salud. Blog y twitter @luciapediatra

Alberto Soler y Concepción Roger, psicólogos, escriben sobre como criar a los niños durante los primeros tres años, sabiendo comprender sus conductas y guiándolos de manera respetuosa a sus capacidades y desarrollo. Ojo a sus pildoras de psicología y su twitter @asolers

Daniel Siegel y Tina Bryson mediante su obra explican el desarrollo del cerebro del niño y las conductas asociadas a este, dando pautas para educar en las que se tienen en cuenta las particularidades de cada etapa del neurodesarrollo.

José María y Elena Bermúdez de Castro, padre e hija, antropólogo y pediatra; nos cuentan en este ameno libro nuestro desarrollo como especie y nuestra similitud con otros grandes primates. Comprender desde la evolución las particularidades de nuestras crías, tan indefensas y dependientes durante sus primeros años.