lunes, 27 de agosto de 2018

Desarrollo infantil: La permanencia del objeto


Durante los primeros meses de vida el cerebro del niño va madurando y adquiriendo nuevas habilidades que le ayudaran a comprender el mundo que le rodea. La mayoría de hitos del desarrollo se producen sobre la misma edad en todos los niños y en el mismo orden, es una configuración "de fábrica" en la que no importa el origen étnico ni cultural.

 

Uno de esos hitos madurativos es la relación que hace el niño con los objetos y personas que le rodean. Los primeros meses el niño no es capaz de comprender que es lo propio y que es lo ajeno, viviendo en un mundo de reflejos primitivos, relacionándose con el medio a través de sus sentidos. Es lo que llaman muchos autores una fase egocéntrica.

Para que el niño pueda comprender conceptos más complejos como que un objeto sigue existiendo a pesar de que desaparezca de su campo visual, el niño debe de desarrollar paralelamente habilidades sensoriales y motoras. Tocar, palpar y chupar objetos ayuda a que el niño haga una representación mental de los objetos que le rodean, que le ayudaran a comprender su entorno.

Piaget, en su teoría del desarrollo cognitivo, desarrolló esta idea. El niño gracias a comprender que un objeto puede existir aunque no lo vea, es también consciente de que lo que percibe es diferente a él, pasando a una fase madurativa más allá del egocentrismo inicial.

Piaget propuso 6 etapas en el desarrollo de la permanencia del objeto:

1. Estadio I: No hay permanencia del objeto (Acciones reflejas) (0- 1 mes): En esta etapa aún no encontramos conductas llamativas que nos puedan indicar que el niño busca el objeto, pero si que están, son muy sencillas y se basan en los reflejos arcaicos. Ejemplo de ello es como el niño busca el pezón cuando se le estimula cerca de la boca (reflejo de hociqueo) o como coge nuestro dedo cuando presionamos la palma de su mano (reflejo de prensión). Son sus primeros acercamientos con su entorno y sus figuras de apego.



2. Estadio II: No hay permanencia del objeto (Reacciones circulares primarias) (1 - 4 meses): Las habilidades oculomotoras del niño se han empezado a desarrollar y es capaz de seguir un objeto con la mirada hasta que desaparece, quedando a la espera de que reaparezca. Si juega con un objeto, intenta recuperarlo justo en el momento en que lo pierde, tanteando con las manos. Ha aprendido que repitiendo ciertos gestos consigue agarrar las cosas, pero no es consciente del objeto desaparecido, por el que pierde interés casi al instante cuando deja de verlo.



3. Estadio III: Inicio de la permanencia del objeto (Reacciones Circulares Secundarias) (4 - 8 meses): El niño adquiere la coordinación mano-objeto, pudiendo tocar y conseguir los objetos que están en su campo visual. Si ve un juguete, alarga sus brazos para alcanzarlo, pero en cuanto se oculta tras un paño, el objeto desaparece y para Piaget, también desaparece de su mente y ya no existe para el niño. Esta etapa es la más controvertida ya que otros autores opinan que el niño puede seguir pensando en el objeto pero son sus dificultades motoras las que le impiden quitar el trapo que lo oculta.

En este video el pequeño Frank de seis meses pierde el interés por el móvil en cuanto desaparece de su campo visual, sin ser capaz de comprender que el objeto está bajo el paño.

4.
Estadio IV: Búsqueda activa del objetivo desaparecido (Coordinación de las Reacciones Circulares Secundarias) (8 - 12 meses): El niño es capaz de coordinar los medios a su alcance para conseguir fines determinados (coger el objeto que llama su atención). Aunque persiste cierto egocentrismo que hace que pueda perpetuar algunos errores, ya que si consigue algo con un medio, siempre recurre a el para obtener el mismo fin, sin ser capaz de ver que las condiciones exteriores han cambiado (Error A no B).
En este video la pequeña Luna es capaz de comprender que bajo el paño está escondido su juguete, siendo capaz de hacer una secuencia de movimientos (quitar el paño y coger juguete).
En el siguiente muestra en qué consiste el error A no B

5.Estadio V: Se tienen en cuenta los desplazamientos visibles del objeto. (Reacciones Circulares Terciarias)(12 – 18 meses): El niño es cada vez más objetivo y es capaz de tener en cuenta los movimientos del objeto de un punto a otro si son visibles, buscará el objeto justo detrás de donde se haya ocultado y no sólo en el primer lugar donde lo encontró. Aún cometerá errores si el objeto se cambia de un lugar a otro sin que lo vea, buscándolo en un lugar previo. También querrá experimentar con los objetos, haciéndolos caer de diversas formas para ver que puede ocurrir.


6. Estadio VI: Representación de los desplazamientos invisibles (Resolución simbólica de problemas) (18 – 24 meses): El niño posee ya una representación simbólica del objeto (pensamiento simbólico), por lo que es capaz de imaginar donde se ha desplazado el objeto aunque no sea visible. Ya no comete errores ni duda cuando se esconde el objeto de un sitio a otro ante su mirada, y si se hace sin que lo vea, iniciará una búsqueda del objeto más allá del sitio donde debiera estar escondido. 

Estas fases madurativas, más allá de que la interpretación de Piaget pudiera ser errónea en alguna de ellas, nos ayudan a comprender como entiende el niño el mundo según su edad. Nos ayudan a comprender porque el niño que se quedaba bien al cuidado de otra persona, de pronto se queda llorando cuando sus padres se van. Al principio cuando los padres desaparecían, también lo hacían de su pensamiento, pero cuando ya no desaparecen de su pensamiento, siente angustia ante la ausencia de sus figuras de apego (ansiedad por separación).
Sobre el apego profundizaremos en próximas entradas.
Sobre las controversias del estadio III de Piaget: El video de abajo muestra el experimento escondiendo objetos en movimiento tras una pantalla, en el que se observa como un bebé de 3 meses se sorprende cuando la secuencia no es coherente y a pesar de dejar de ver el objeto. Lo que se puede interpretar como que el bebé tiene el objeto desaparecido en la mente.

domingo, 12 de agosto de 2018

Muerte philemon y Baucis


El ser humano se caracteriza por ser un animal social, que crea fuertes vínculos tanto de pareja, como familiares o de amistad. Es lo que llamamos amor. Perder a un ser querido nos produce un profundo malestar que en la mayoría de casos nos puede hacer sentir que nos morimos o que la vida no tiene sentido sin esa persona. La cultura popular está llena de historias y leyendas en las que una persona fallece de manera repentina como consecuencia de conocer la muerte de una persona muy próxima. 

Más allá del mito, la literatura científica recoge algunos casos reales en los que se producen muertes repentinas tras la perdida de una persona cercana. Se le ha dado el nombre de síndrome de Filemón y Baucis, en honor de los personajes de la mitología griega (ver historia al final de la entrada). 

Se trata de dos muertes de personas vinculadas emocionalmente, que se producen muy próximas en el tiempo y en el mismo lugar, cuya etiología es natural  y no está relacionada la etiología de una con la otra. Quedarían excluidas por tanto aquellas muertes violentas como pueden ser la homicida, en casos de violencia doméstica; la suicida, en suicidios compartidos; o la accidental, como en inhalaciones de monóxido de carbono. La investigación forense es muy importante en estos casos para descartar las causas mencionadas u otras ambientales que puedan  justificar la muerte o la implicación de otra tercera persona.

Pareja de ancianos paseando juntos.
Las personas que fallecen tienen una relación muy estrecha, tratándose generalmente de parejas, aunque también pueden ser padres-hijos o hermanos. 

Este tipo de muerte es muy poco frecuente, ya que generalmente cuando se producen estas muertes conjuntas suelen ser de carácter violento.  Hay que alejar interpretaciones románticas e infantiles en este tipo de muerte, dado que generalmente se trata de personas que viven aisladas sin una asistencia social y sanitaria adecuada. La mayor parte de afectados son matrimonios, en los que uno de ellos se suele encontrar gravemente enfermo y depende de los cuidados de la pareja, que tampoco tiene un estado óptimo de salud. El segundo fallecido suele tener antecedentes de enfermedad cardiáca, por lo que se produce ante la situación de estrés una descompensación que acaba desencadenando un infarto de miocardio y/o una arritmia con consecuencia letales. Algunos casos se han presentado en personas con síndrome de Diógenes, retrasándose tanto el hallazgo de los cadáveres que se encontraban ya en avanzado estado de putrefacción o momificados si las condiciones eran propicias, lo que dificulta encontrar las causas de la muerte durante la autopsia.

Pareja de ancianos enfermos, que lo son todo el uno para el otro.

En próximas entradas haremos una diferenciación de las muertes violentas que se producen en un mismo escenario y en un mismo periodo de tiempo, que suelen crear gran alarma social y ser interpretadas erróneamente o a la ligera en cuanto salen las primeras noticias en la prensa.

Mito de Filemón y Baucis:

Jean-Bernad Restout, 1769.
Filemón y Baucis eran un matrimonio de ancianos que vivía en una cabaña. Una noche de tormenta llegaron a su morada un par de mendigos, que habían estado pidiendo alojamiento por toda la ciudad para guarecerse de la lluvia, pero nadie les quiso dejar pasar. El anciano matrimonio les ofreció todo lo que tenían, sirviéndoles vino. Pronto Baucis, la mujer, se percató de que la jarra de vino siempre estaba llena a pesar de servir continuamente a sus invitado, por lo que se dio cuenta de que no eran simples mendigos, sino dioses del Olimpo. Eran Zeus y Hermes. Sacaron el único ganso que tenían para dar de comer a tales ilustres huéspedes. Zeus, en compensación, les avisó de que iba a destruir la ciudad por no haber sido piadosa con ellos; pero que el matrimonio se podía salvar si salían ya y no miraban hacia atrás. Ellos solicitaron además ser sacerdotes del santuario y morir juntos llegado su momento. Zeus les concedió el deseo y cuando murieron los transformó e un roble y en un tilo.

BIBLIOGRAFÍA

* Philemon and Baucis deaths: case reports and postmortem biochemistry contribution. Lardi C, Schmit G, Burkhardt S, Mangin P, Palmiere C. J Forensic Sci. 2014 Jul;59(4):1133-8. doi: 10.1111/1556-4029.12419. Epub 2014 Feb 6.
* Philemon and Baucis Death? Two cases of double deaths of married couples. Ciesiolka S, Risse M, Busch B, Verhoff MA. Forensic Sci Int. 2008 Apr 7;176(2-3):e7-10. Epub 2007 Aug 30.
Delannoy Y, Tournel G, Dedouit F, Cornez R, Telmon N, Hedouin V, Rouge D, Gosset D.
Forensic Sci Int. 2013 Mar 10;226(1-3):e32-6. doi: 10.1016/j.forsciint.2013.01.021. Epub 2013 Feb 13.