martes, 16 de mayo de 2017

Por 13 razones, parte 1.



IMPORTANTE: aunque yo recomendé en su momento la visualización de la serie, recientes publicaciones advierten de que puede hacer un efecto llamada incrementado las muertes suicidas en adolescentes

https://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/article-abstract/2734859?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter

Por 13 razones” es una serie adolescente que trata el tema del suicidio desde una perspectiva original y, ¿¿¿de potenciar el suicidio como dicen muchos medios???, puede ser una herramienta para ayudar a la madurez de los adolescentes de nuestro país.
 
Hannah y Clay, los protagonistas de la serie.


La primera temporada (ya se anuncia una segunda) está estructurada en 13 capítulos, cada uno de ellos dedicado a un compañero de instituto de Hannah, la chica que se suicida. En cada capítulo describen como le hizo cada compañero daño con acciones directas contra ella o bien de manera secundaria. Este post no va a tener spoilers, aunque inevitablemente se mencionaran los problemas adolescentes que se reflejan en la serie que, por muy localizados que estén en un instituto de EEUU, son los mismos con los que lidian los chavales españoles. 


La historia se narra desde la perspectiva también de Clay, un buen chico, buen estudiante y algo tímido. Lleva dos años suspirando por la chica nueva del instituto, pero siempre la falta de valor hace que otros chicos más populares se adelanten y le pidan salir. Un día recibe una noticia impactante, Hannah, la chica que le gusta, se ha suicidado. Esto conmociona tanto a él como a todo el instituto, de tal modo que la gente comienza a actuar de manera algo inusual. Lo que menos espera Clay es que alguien deje un paquete con su nombre en el porche de su casa, lleno de cintas en las que Hannah cuenta por qué 13 razones se ha quitado la vida.
Clay tendrá que escuchar las 13 cintas para saber por lo que pasó Hannah.


“¡Una serie sobre suicidio adolescente! ¡Qué perverso!” U otros comentarios similares se han leído en muchos medios en las últimas semanas, pensando que un contenido de este estilo puede generar una horda de suicidios entre nuestros adolescentes, totalmente desconocedores de este tipo de conducta humana. Pues bien, cualquiera que tenga un adolescente cerca (y se haya molestado en escucharlo) sabrá de sobra que el suicidio, las sobreingesta medicamentosas, los cortes en los brazos y las drogas, no son cosas ajenas a su día a día. Ellos mismos, o algunos compañeros de clase, ya habrán tenido alguna experiencia con alguno de los ítems anteriores; así que la serie puede ser una herramienta para reflexionar en clase sobre estos temas más que para hacer crecer el tabú de las muertes suicidas.


Estas son las 13 razones para ver esta serie, que iremos desgranando en sucesivas entradas.


1.     Sí se puede hablar del suicidio de manera segura.

2.     Preguntar sobre ideas de muerte o suicidas no incrementa el riesgo suicida, ayuda detectar el problema y a canalizar la ayuda.

3.     La mayoría de suicidas no estaba en tratamiento médico o psicológico, como le ocurrió a Hannah Baker.

4.     Existe el efecto Wether (lo menciona la madre de Hannah) pero también el Papagli que da esperanza a las personas con ideas autolíticas al oír el testimonio de supervivientes que han pasado la depresión. Ya hablamos de ello por aquí.

5.     Las autolesiones son muy frecuentes actualmente, se calcula que cerca del 20% de los adolescentes las han realizado en algún momento.

6.     El consumo de tóxicos es mucho más perjudicial en edades tempranas e incrementa las tasas suicidas.

7.     El consumo de tóxicos se relaciona con relaciones sexuales sin protección y con violencia sexual.

8.     El acoso escolar es una de las causas de depresión en menores de edad.

9.     El acoso escolar se extiende al domicilio del adolescente por el uso de redes sociales y la conectividad 24h del adolescente a internet. 

10.  La violencia en las aulas y fuera de ellas cada día es más frecuente.

11.  La mediación escolar y la ayuda del orientador puede detectar problemas y alertar a los padres para que tomen las medidas adecuadas.

12.  La idealización de la familia modelo hace que tanto padres como hijos tengan dificultades en la comunicación, pudiendo retrasar la detección de problemas.

13.  Aunque realice conductas de adulto, el adolescente continúa siendo inmaduro, sin comprender los límites de sus acciones y sin controlar su impulsividad.


PERSONAJES

HANNAH BAKER Y SU FAMILIA


Comenzaremos analizando a Hannah Baker, la adolescente que se quita la vida, planificando su suicidio y creando una serie de mensajes póstumos para sus compañeros de instituto culpabilizándoles de su decisión. La chica se describe como una persona cándida que debido a diferentes situaciones vitales estresantes, nada desdeñables por cierto, decide que el suicidio es la única alternativa a su sufrimiento


Hannah Baker lleva dos años en el instituto, pero por un motivo u otro, no ha conseguido tener un círculo de amistades consistente, teniendo un sentimiento crónico de soledad y de no aceptación por parte de sus iguales. Empieza a tener problemas mucho más graves que una simple riña de amigos, problemas como que un compañero difunda una foto íntima suya; que se difundan falsos rumores sobre su sexualidad por lo que sus compañeros le colocan la etiqueta de “guarra” y “chica fácil”; o que le hagan tocamientos o propuestas sexuales por personas desconocida. En esos duros momentos, las pocas amistades que tienen, lejos de apoyarla, le dejan sola ante el peligro, aumentando su soledad. La falta de apoyo y el aislamiento durante un trastorno depresivo, es uno de los principales factores de riesgo suicida

Escena en la que se comparte una imagen de Hannah por el instituto via Whatsapp.


El suicidio de Hannah fue una decisión personal, no se podría culpar de ello a otra persona, pero sería injusto no ver la parte de responsabilidad que tuvieron todos los que se relacionaron con ella de manera negativa. Es algo disonante el modo póstumo de comunicarse con sus compañeros, pues es cruel, pero si lo hizo en un momento de máxima desesperación puede entenderse. No todos eran igual de “culpables”, la adolescencia es una época frecuente de cambio de amistades, de parejas que duran dos telediarios, de peleas, de impulsividad… pero no una época de violaciones, de agresiones y de acoso. Hannah en su inmadurez metió a todos en el mismo saco.

Hanna recibiendo insultos por el pasillo del instituto.
Los padres de Hannah son un buen reflejo de cómo trata la serie el suicidio. La muerte suicida no es tratada como un éxito social del suicida frente al resto, como algo que le hace especial y es digno de imitación. El suicidio se trata como un generador de dolor, miedo y culpa en los que se quedan. La serie refleja el inmenso dolor que siente los padres ante la pérdida de una hija ante estas circunstancias, la necesidad infinita de búsqueda de respuestas que expliquen lo que ha ocurrido, que nunca se verá saciada. 

Los padres de Hanna buscando respuestas de lo que le pudo pasar a su hija.


Las respuestas son difíciles de obtener, sobre todo en los suicidios consumados, pues la mayoría (un 80%) nunca tuvo un gesto similar. Muchas personas deprimidas cuando tienen ideas de muerte, creen que al desaparecer le quitarán una carga de encima a los que le rodean, creen que son un incordio, que empeoran las cosas, que el mundo estaría mejor sin ellos… Son ideas sobrevaloras e irreales, Hannah Baker también pensó lo mismo y creyó que nadie le podría ayudar. Estas ideas de muerte muchas veces llegan a ser delirantes y, si no se verbalizan, nadie puede adivinar que existen y ofrecer la ayuda necesaria.  


Hacer una serie sobre suicidio, con todos los problemas asociados al mismo y tratada de este modo, es un regalo para padres y educadores. Es un marco atractivo para la gente joven para poder comprender lo que es la depresión y las ideas suicidas, es una oportunidad para reflexionar sobre el daño que puede tener ciertas acciones en los demás y lo contrario, como cuidar de los compañeros puede salvar vidas. 


No es una serie para que vean menores de 12 años (o al menos solos), pero si adolescentes. Es conveniente que lo hagan con supervisión y que sea una oportunidad para el diálogo. Puede que algunos menores se identifiquen de manera negativa con los personajes, pero seguramente ya han hecho asociaciones negativas con otros fenómenos. Cabe esperar que hagan un visionado en el que se les invite a reflexionar sobre el tema y no cojan solo las partes que les interesen.


En la próxima entrada trataremos al resto de personajes, con una visión más Psiquiatraca, pero me parecía importante darle un marco serio al tema del suicidio adolescente y a esta primera crítica de la serie.

Más información sobre bullying/acoso escolar en la siguiente entrada: aquí