martes, 15 de agosto de 2017

Atypical y el trastorno de espectro autista.

"Soy un tío raro, eso es lo que todos dicen. A veces no se lo que quiere decir la gente  cuando habla, y eso hace que me sienta solo incluso cuando estoy con otras personas y lo único que me hago es sentarme y toquetear algo, lo que yo llamo movimiento auto estimulante, como cuando golpeo un lápiz contra una goma con determinada frecuencia y pienso en todo lo que nunca haré como investigar pingüinos en la Antártida o tener novia. No lo sé, me gustaría ir a la Antártida, allí no hay ruido, menos donde se refugian los pingüinos, ellos si que hacen ruido..."

Con esta respuesta de Sam a su psicóloga comienza Atypical, la nueva serie de Netflix sobre un adolescente con trastorno del espectro autista (TEA). Decidí ver el capítulo para ver si los guionistas caían en los mismos fallos de siempre al presentar a estar personas como si fueran personas frías y sin necesidades afectivas, pero gratamente a lo largo del primer capítulo (del único que haremos referencias) se desarrollan de una manera muy adecuada los problemas del día a día que le surgen a las personas con TEA.

Sam (Keir Gilchris) es un chaval de 18 años con TEA, que vive junto a sus padres y su hermana. Acude al instituto donde se relaciona con dificultades con el resto de compañeros, lo que hace que sea uno de los "bichos raros". Aunque ha adquirido de manera adecuada el lenguaje (muchos autistas no aprenden a hablar) y es inteligente, tiene muchas dificultades para entender a la gente que lo rodea y comprender su lenguaje no verbal. Sus padres y su hermana lo intentan proteger del mundo exterior, que suele ser muy hostil para Sam, por lo que les cuesta comprender que Sam tenga necesidad de encontrar una pareja y más que nunca los necesitará a su lado.
Sam junto a su familia cenando una noche cualquiera.
Sam tiene un déficit persistente en la comunicación social e interacción social (DSM-V) que es criterio diagnóstico principal para hablar de una persona con TEA. Los síntomas principales derivan de la dificultad para adquirir y comprender el lenguaje verbal y no verbal, además de presentar una serie de patrones de conducta difíciles de comprender para el resto de personas:
  • Déficits en reprocidad socio-emocional. Le cuesta mucho tener una conversación fluida con otras personas, no es de extrañar que los padres de Sam durante la cena que tienen solos hablen de las dificultades que han tenido para comprender a su hijo y saber que necesidades tiene, pues les resulta muy difícil mantener un dialógo con el sobre temas del día a día. Saben que Sam se siente solo e incomprendido en muchas ocasiones y no quieren generarle ese sufrimiento.
  • Déficits en comunicación no verbal. Tienen que enseñarle a Sam a sonreir a los demás, pues no tiene esa conducta de manera espontanea. No comprende que ayuda a facilitar un primer contacto con otras personas (como una chica que le guste). Es frecuente el uso de pictogramas para ayudarles en su comunicación, bien con los más básicos cuando no se adquiere el lenguaje (partes del cuerpo para identificar dolor, objetos cotidianos, alimentos...) o con expresiones faciales para enseñarles que información les están aportando los demás a través de sus rostros y movimientos, algo que el resto aprendemos de manera natural.
    Sam: "No soy bueno pillando señales".
La madre de Sam busca los pictogramas de expresión de sentimientos, quizás Sam los necesite.
Sam intentando usar su sonrisa más cautivadora.
  •  Déficits para desarrollar, mantener y comprender relaciones. Sam está deseando salir con una chica, pero le es imposible acercarse a ellas, mantener una conversación cordial y ajustar su comportamiento a cada situación. Por ello no es de extrañar que Sam lleve a cenar a una chica al parking de la gran superficie donde trabaja o le de un fuerte empujón cuando están solos en su habiatación, alejando las posibilidades de poder perder la virginidad.
Sam: "Lo de las citas es muy complicado, hay que adivinar o que la gente piensa".
Sam empujando a una chica cuando comienza a acariciarle.
Además de estas dificultades sociales, las personas con TEA muestran otro tipo de síntomas o conductas que les dificulta mucho su día a día. 
Puede tener movimientos repetitivos, que no tienen ningún tipo de sentido, como dar saltitos o andar de puntillas; que se acentúan cuando están nerviosos.También puede repetir sonidos o palabras (ecolalia). Sam en ocasiones comienza a repetir en su cabeza palabras malsonantes, sintiendo la necesidad de pronunciarla, cosa que puede suceder en el momento menos adecuado, como cuando le grita "puta" a la chica que fue a casa a visitar a su hermana.


Suelen ser personas muy rígidas, en las que cualquier cambio de su rutina les produce mucha ansiedad y malestar. No debe por ello estrañarnos el júbilo de la madre de Sam cuando consigue que una empresa de ropa le envíe camisetas que ya no producen, porque son las que Sam usa (si os fijais siempre va vestido igual pero en diferentes colores). Esta rigidez también se refleja en sus intereses restringidos, en el caso de Sam son los pingüinos y la Antártida, llegando a convertir su habitación en un pequeño parque temático sobre la Antártida. 
Sam y su padre observando pingüinos, una manera de poder acercarse a su hijo.
Muchas personas con TEA se encuentran muy incomodas en nuevos ambientes o en lugares ruidosos y concurridos, por lo que puede tener conductas evitativas o tener conductas inadecuadas en estos lugares. Sam se siente molesto con el ruido habitual de una cafetería por lo que intenta compensarlo poniendose unos cascos de aislamiento, algo que no logra comprender la chica con la que ha quedado. 
Sam: "Me cuesta estar en un lugar ruidoso y desconocido, me cuesta pensar y me congelo"
Sam con lo cascos puestos para aislarse del ruido de fondo, además de haciendo unos halagos muy poco adecuados.
No es fácil el mundo para personas con trastorno del espectro autista, les cuesta mucho comprender lo que sucede a su alrededor y la forma de actuar de los demás; tampoco el resto suele hacer mucho por comprender. Pero todos tenemos en común el deseo de ser cuidados y queridos, de no ser excluidos. Que una persona tenga dificultades para expresar sus emociones y pensamientos, no significa que estén ausentes


Las citas de Sam no han ido como esperaba, siente que está solo y que nunca encontrará a su media naranja.
Sam tiene Asperger, un tipo de TEA con lenguaje e inteligencia normales, pero que comparten muchas dificultades en la comunicación con otros TEA. Es importante el diagnóstico precoz para que desde pequeños acudan a diferentes terapias para mejorar su lenguaje verbal y no verbal, su motricidad o si es necesario (en la mayoría) acudan a centros educativos adaptados a sus necesidades. 

40 minutos para poder comprender mejor que es el autismo y las dificultades que se presentan en su día a día.


BIBLIOGRAFÍA

3 comentarios:

  1. Interesante. Empezaré a verla. Yo empecé a ver Bates Motel para relacionarla con la psiquiatría, pero me harté.

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  2. Creo que a los Aspergers habría que sacarlos del TEA, o llamarlos de otra forma, porque la gente al final ha terminado asumiendo que un Autista es alguien que conduce coches, va a la Universidad, tiene un trabajo, se casa, tiene hijos y es una persona normal salvo por un detalle casi invisible: es un poco friki.

    Pues no, los autistas, que yo creo que son la mayoría, que son los de grado medio y grave, tienen serios déficits mentales, logopédicos, psicomotores, de autonomía, etc. No operan a pacientes (The Good Doctor), no ganan la Lotería con cálculos mentales (Rainman), ni tienen una convivencia casi perfecta en un instituto como el chico de Atypical.

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    1. El DSM 5 elimina ese término y prefiere "clasificar" según las capacidades y adaptación de la persona a su entorno, creo que es lo más acertado. Comparto tu opinión de que la gente puede pensar que ser autista no es incapacitante, cuando el cine y la televisión solo reflejan un pequeñisimo porcentaje de personas que consiguen ser autonomas a pesar de su trastorno.

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