domingo, 1 de julio de 2018

MATERNIDAD: vive y deja vivir.

He escrito varios borradores intentando explicar lo que significa para mí ser madre, pero me he dado cuenta que cualquier cosa que diga será muy similar a todas las vivencias que tenemos mujeres y hombres ante la llegada de un nuevo miembro de la familia. También lo que había escrito era más parecido a un libro de crianza que a una opinión sobre maternidad; ya hay muy buenos libros sobre crianza escritos con mucho más rigor y profesionalidad de lo que yo pudiera aportar (abajo del todo pondré todos los libros que me han acompañado estos meses). 

Imposible ponerle palabras a todos los sentimientos y pensamientos que nacen en el momento que te sientes unida para siempre a tu hijo.
Si esto lo lee alguien a punto de iniciar el proceso o que está de lleno en él, lo que menos necesita es una retaíla de consejos para agobiarse. Solo daré un único consejo o reflexión sobre la parentalidad: VIVE Y DEJA VIVIR

Todos los padres y madres del mundo quieren lo mejor para sus hijos, si no es así es que algo falla en ellos, en su humanidad, pero difícilmente podrás hacer que ello cambie.  Todos queremos lo mejor para nuestros hijos, desde el momento que nacen intentaremos hacer lo mejor, cuidándolos, mimándolos, cubriendo todas sus necesidades para que su desarrollo físico y mental sea el mejor. 

NO EXISTE UN MODELO ÚNICO DE CRIANZA VÁLIDO, así que: VIVE Y DEJA VIVIR. 


Desde el embarazo nos vamos a enfrentar a multitud de decisiones que influirán en la vida de nuestro hijo, pero hay que saber cuales son decisiones fundamentales y cuales superfluas. También existiran cuestiones en las que no hay decisión posible, de las que una mala elección es sinónimo de daño al niño. En el embarazo podemos elegir el lugar de seguimiento, el hospital en el que parir, dónde informarnos del embarazo y los cuidados del bebé; también cosas menos importantes como el nombre del niño, los colores de su habitación, el reportaje de fotos de la barriga o la eco 3D. Deja que la gente elija lo que le de la gana, será distinto a lo tuyo, pero ni mejor ni peor. Pocas cosas habrá en las que de verdad puedas sentenciar que esa persona está poniendo en riesgo al futuro niño.

En el embarazo parecen fáciles las decisiones, las diferencias más marcadas a la hora de criar un bebé empiezan en el parto. Eso no quita el malestar que genera parecer vivir en una subasta de ganado, donde se puede tocar tu cuerpo por cualquier persona, preguntar tu peso y otras indiscreciones. Respeta a la embarazada, no la abrumes, no emitas juicios, ya tiene bastante con los cambios que se están produciendo en ella. El matrón ya se estará encargando de hacer un seguimiento y dar los consejos de salud pertinentes. Ante una embarazada lo mejor que puedes hacer es no tratarla como una enferma y recordarle lo guapa que está. O callarte.

Los consejos, que ya nos abrumaban durante el embarazo, tras el parto se multiplican. Muchos de estos consejos los carga el diablo, sobre todos aquellos que mediante carbono 14 se ha determinado que son del pleistoceno de la crianza, la mayoría de ellos ya totalmente desaconsejados por la pediatría moderna. LOS NIÑOS, MÁS AÚN LOS BEBÉS, NO SON ADULTOS EN MINIATURA. Son crías muy poco desarrolladas y muy dependientes en el momento del nacimiento y por ello requieren muchísimos cuidados. No hay que racionalizar estos cuidados, no los vamos a malcriar, como todo mamíero necesitan contacto con su madre o cuidador continuo para desarrollarse bien a nivel físico y emocional. Con los meses y años irán haciéndose más independientes y seguros de ellos mismos, pero para que sea así, necesitan una persona empática y cariñosa que comprenda y cubra estas necesidades. Hasta el momento no hay ningún niño en la unidad de conductas adictivas por exceso de bracitos y otras formas de comunicación adecuadas con los menores de un año.


El apego, lo que viene a significar el vínculo que haces con el bebé, es sin duda lo más importante. Hay que crearlo y cuidarlo con mimo, para que se desarrolle en el bebé y sus padres. Todos los modelos de crianza crean apego. La negligencia también, pero del malo. El apego se crea con el cariño y los cuidados, con la empatía y la cercanía. No dependen del pecho, el porteo o el colecho. Como alimentar, transportar o dormir al niño son decisiones familiares, que se toman según las circunstancias y particularidades de cada familia. Lo mejor para el niño es que todos estén lo mejor posible en casa para que le traten con el máximo cariño, que es de lo que entiende, del contacto a través de sus sentidos.

La leche materna es lo mejor para alimentar al bebé, pero la leche de fórmula es buena para el bebé. No te metas en la vida de las demás madres porque no eligieron lo que tú, ellas también quieren lo mejor para sus hijos en sus circunstancias. Ser buena madre no depende del tipo de alimentación que des a tus hijos los primeros meses de vida. Niños criados con biberón son normales, niños críados a pecho más allá de los dos años son normales. Respeta. Vive y deja vivir.

La crianza está llena de decisiones, la mayoría de padres que esteis leyendo estas líneas sabreis que lo ideal no siempre se puede alcanzar. A veces se trata de sobrevivir. Todos querremos que no se queden los niños medio tontos con las pantallas, que coman fruta y verdura, que estén en casa los primeros años y no 8 horas en la guardería... Pero no siempre podremos elegir lo "más mejor", pero elegiermos algo bueno que no le perjudique.

Así que: VIVE Y DEJA VIVIR. Respeta a los otros padres, se amable, no los abrumes con tus juicios de valor para sentirte seguro de tus propias decisiones. 

Sabes que es difícil, que lo perfecto no existe. Reconoce las cosas buenas de los demás, aunque puedan ser diferentes a las tuyas.

Disfruta de tu experiencia y de tu hijo.

Lecturas recomendadas:

Lucía Galán es pediatra y madre, escribe sobre la maternidad desde el nacimiento hasta la adolescencia, dando pautas y consejos de crianza y salud. Blog y twitter @luciapediatra

Alberto Soler y Concepción Roger, psicólogos, escriben sobre como criar a los niños durante los primeros tres años, sabiendo comprender sus conductas y guiándolos de manera respetuosa a sus capacidades y desarrollo. Ojo a sus pildoras de psicología y su twitter @asolers

Daniel Siegel y Tina Bryson mediante su obra explican el desarrollo del cerebro del niño y las conductas asociadas a este, dando pautas para educar en las que se tienen en cuenta las particularidades de cada etapa del neurodesarrollo.

José María y Elena Bermúdez de Castro, padre e hija, antropólogo y pediatra; nos cuentan en este ameno libro nuestro desarrollo como especie y nuestra similitud con otros grandes primates. Comprender desde la evolución las particularidades de nuestras crías, tan indefensas y dependientes durante sus primeros años.

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