viernes, 15 de julio de 2016

Historia de los falsos mitos del Autismo, de la psicosis infantil a las vacunas.

El autismo es un trastorno del desarrollo del niño, el cual tiene dificultades para adquisición normal del lenguaje y la creación de lazos sociales con las personas que le rodean. Al igual que otras patologías psiquiátricas o neurológicas, se trata de un "espectro" dado que cada paciente tendrá un grado mayor o menor de discapacidad.


Leo Kanner
El término "autismo" fue acuñado en 1912 por Bleuler. En 1943 Kanner describió de manera más precisa el autismo, clasificando sus principales síntomas tras el estudio de 11 niños que presentaban relaciones sociales profundamente distorsionadas e interrupción de la comunicación por alteraciones motoras, afectivas y cognitivas (retraso mental). Kanner creía que el autismo se trataba de una forma temprana de esquizofrenia, que se mantenía de manera estable durante el resto de la vida. Pensaba que los padres "inteligentes, altamente educados y a menudo profesionales distinguidos" podían ser un factor de riesgo para sufir autismo, dando también un posible origen psicógeno a esta enfermedad.
Bruno Bettelheim, un judio austriaco que pasó 11 meses de prisionero en campos de concentración nazis, trabajó como psicoanalista y formuló el término "madre nevera" como justificación al origen del autismo en un problema de educación. Refería que la madre "rechazaba la existencia de su hijo". Llegó incluso a crear en 1947 un centro donde separaba a estos pacientes de sus madres para reeducarlos.

Durante mucho tiempo se pensó que padres con personaldiades anómalas, con poco sentido del humor, obsesivos y perfeccionistas influían en el desarrollo de la enfermedad de su hijos al criarles en una atmósfera de frialdad afectiva. Estudios posteriores descartaron esta hipótesis, al comprobar que no era más prevalente en el grupo de padres de hijos autistas los trastornos de personalidad. 
Kanner trabajó con un sesgo importante, a su consulta en el hospital John Hodkins solo llegaban pacientes con padres de alto nivel social que podían permitirse económicamente acudir desde cualquier otro punto de los Estados Unidos. Además, el nivel alto de estudios de los padres fue clave para buscar una ayuda más específica para sus hijos.  

Hans Asperger
Paralélamente en Austria, el psiquiatra Hans Asperger describió la "psicopatía autista" en 1943. Asperger estudió a 4 niños que, al contrario de los estudiado por Kanner, no tenían retraso mental y habían adquirido el lenguaje verbal. Estos niños tenían dificultades para integrarse socialmente, para comprender el lenguaje no verbal y para mostarse empáticos con sus compañeros. Era un tipo de autismo menos discapacitante debido a no asociarse a retraso mental. Los trabajos de Asperger se publicaron durante la Segunda Guerra Mundial, dado que estaban escritos en alemán y que parte se perdieron en el incendio de su clíncia, no fueron muy difundidos hasta varías decadas más tarde, cuando Lorna Wing en 1981 llamara a este trastorno Síndrome de Asperger.

Lorna Wing
La relación del autismo y la esquizofrenia perduró durante muchos años, pero poco a poco se fue observando que el autismo era una entidad diferente. Otros nombres que adquirió fue de psicosis infantil, psicosis simbiótica, psicosis desintegrativa y esquizofrenia infantil. En 1978 la revista Journal of Autism an Childhood Schizophrenia pasó a llamarse Journal of Autism and Developemental Disorders.

Los criterios diagnósiticos de Kanner eran muy restringidos, por lo que se cifraban en 4-5 casos de autismo cada 10000 sujetos. Recientemente, con criterios más amplios, el número de casos oscila en unos 14 a 20 casos de cada 10000 nacidos. La mayoría de casos está relacionado con un bajo coeficiente intelectual y con epilepsia. Es más frecuente en varones. Esto significa que al ampliar los criterios se diagnostican más casos, pero este suceso ha sido utilizado para referir que desde la introducción de ciertas vacunas o por la expansión de la telefonía movil han aumentado los casos de autismo.

Las causas del autismo se desconocen por lo que en los últimos años se han desarrollado hipótesis, muchas sin ningún tipo de evidencia, que alarman y asustan a la población más que ayudar a esclarecer el origen de esta patología. Describamos alguna de ellas: 
  • VACUNAS Y MERCURIO: Se formuló que las vacunas (en especial la triple vírica) estaban implicadas en el autismo por un compuesto llamado timerosal (en cuya composición hay mercurio y sirve como conservante). Los trabajos de varios autores parecieron demostrar esta causalidad, pero años más tarde se demostró la forma fraudulenta de obtener y manipular los datos, llegándose a inahbilitar en el ejercicio de su profesión a alguno de ellos. Los datos epidemiológicos no han demuestrado relación entre el timerosal y el autismo hasta el momento actual (Si hubiera algún riesgo se vería ampliamente superado por los beneficios, pero esto sería materia para otro post). The Lancet se retracto de la publicación del artículo de 1998 que creo toda esta controversia.
  • RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS: Han crecido muchas publicaciones que relacionan las ondas electromagnéticas con el desarrollo posterior de autismo tanto por efecto directo como indirecto. Se llegan a formular hipótesis en las que el mercurio de los empastes se desprende con más frecuencia cuando interacciona con las radiaciones electrogmagnéticas (resonancias, antenas de telefonia, teléfonos móviles, wifi...) aumentando los niveles de mercurio en la mujer embarazada y pasando a la sangre fetal, produciendo efectos tóxicos en el feto. Se ha demostrado en varios estudios, que los niños con autismo no tiene mayores niveles de mercurio que niños sanos, incluso, menores niveles al consumir menos pescado. A día de hoy no hay ningún estudio significativo al respecto. 
El origen del autismo continúa siendo desconocido en parte, hasta ahora sólo conocemos  ciertos síndromes que debido a alteraciones genéticas,como alteraciones del cromosoma X (X fragil, sindrome de Rett) producen en el paciente diferentes síntomas entre ellos los propios del autismo. El resto de casos de autismo se agrupan en un cajón de sastre a la espera de conocer la etiología concreta de cada uno, en el que a parte de factores genéticos podrían estar implicados factores mediambientales. La fuerte asociación del autismo al retraso mental y a la epilepsia demuestran su origen neurológico descartando explicaciones psicoanalíticas, como la influencia de la personalidad de los padres y la crianza del niño, quitando parte del estigma que sufre muchos de estos pacientes y sus familias.





    Bibliografía:
    Sobre autismo y vacunas, un artículo muy completo: 
    http://www.autismo.org.es/sites/default/files/bds03s091.pdf

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